
Hace algún tiempo que tomé la decisión de que era hora de ir a un psicoanálisis...las ganas estaban hace mucho tiempo, pero todos sabemos lo difícil que es el dar ese paso y arriesgarse a trabajar esas cosas que uno a veces tiene tan bien fondeadas y que muchas veces preferimos dejarlas de lado y “hacernos los tontos” con ellas...lo cual resulta una posición bastante cómoda.
Aún no se bien porqué decidí ir en un determinado momento, al principio pensé que era por el momento específico en que estaba en mi carrera, mi angustia frente al atender pacientes, o bien, para conocer y comprender mejor qué es de verdad el psicoanálisis que leemos siempre en los libros o que vemos incluso en las películas...pero aunque parte de mis razones iban por ese lado, me he dado cuenta que hay tanto más que eso...llevo tan sólo 5 sesiones, aún no pasó ni al diván a asociar libremente jajaja, pero ya ha tenido una serie de efectos positivos en mi...en verdad funciona!! jajaja, muchos dirán “claro, la transferencia positiva...” pero la verdad es que encuentro muy curioso lo que ocurre en esta particular escena analítica...las cosas que uno dice, las asociaciones que hace, relaciones que uno antes jamás habría pensado, lo productivo que se puede ser...es impresionante lo mucho que uno dice, tantas veces “sin querer”...
Me alegro de haberme atrevido...debo reconocer que me costó harto, y bueno, no ha sido fácil tampoco ir a las sesiones, la resistencia esta siempre presente...pero me siento más aliviada y contenta...y ahora que lo pienso, creo que fue el momento preciso para ir, lo necesitaba más que nunca...