
Ahora bien, si nos remitimos al sentido común, no es difícil encontrar esta opinión, el común de la gente suele igualar al psicólogo con un amigo al que se le cuentan las cosas. Del mismo modo, es usual encontrar la idea de que sólo los "locos" van al psicólogo, o personas con problemas bastante serios, y no es raro escuchar frases como "esta yendo hasta al psicólogo...pobrecito"
No discuto el valor que tienen los amigos para contarles nuestros problemas y hablarles de lo que nos pasa, tampoco que efectivamente llegan a consultar personas bastante angustiadas por sus problemas...pero ¿es la misma escucha que la de un amigo?¿en qué se diferencia? La apuesta es que se trata de una escucha distinta, sin emitir juicio alguno (o por lo menos no se debería hacer...), que brinda un espacio diferente, donde se instalan ciertos dispositivos que permiten realizar una serie de asociaciones, en definitiva es una invitación a pensar, a trabajar las cosas que uno piensa, siente, hace, y descubrir cosas nuevas, descubrir relaciones que nunca antes había pensado, sorprenderse al desconocerse hablando, y así ir viendo aparecer y desaparecer a ese sujeto del inconciente...
Me parece que la labor del psicólogo no es dar consejos a las personas y decirles que se debe o no hacer, que está bien o mal, ni mucho menos solucionar los problemas de otro. Se suele tener la ilusión de que el psicólogo va a saber más de la otra persona que ella misma, casi como algo mágico, con sólo mirarla...y me parece que es un tanto omnipotente pensar que somos capaces de eso, y creo que tampoco es la idea, ¿por qué tendría que ser así? ¿Por qué necesitamos conocer plenamente a alguien para poder ayudarlo?